Aquí aparece Luís que siempre me deja "tirao", qué cabrón.
Ángel sacando pechito para la foto y yo chupoando rueda. José Manuel no le han querido fotografiar en esta subida supongo porque pondría mucha cara de feo.
Después de tocar el punto geodésico realizamos una bajada bastante pronunciada y que más de uno dio con la garganta en las piedras.
En este punto Luís desapareció
Antonio bajaba como los precios en un zoco marroquí
yo intentaba darles caza pero se me puso un calvo delante (buena excusa, no?)
Ángel acechaba en el grupo de los rojos pero joder, ¡la conspiración de los calvos!
Y José Manuel esquivaba a los corredores a ritmo vertiginoso.
LLegamos hasta una rambla y después subida rompepiernas que a Antonio le pasó factura, tuvo que parar a estirar. La senda subía sin tregua hasta unas antenas que quedan a la derecha. Después sólo faltaba aguantar el desnivel acumulado en las piernas y trotar hasta la línea de meta un par de kms.
Luís probó la montaña el año pasado y ha repetido. Ángel quedó encantado y repetirá seguro. José Manuel ya no puede vivir sin ella. Y yo igual. Y correcaminos, qué decir de él, lo lleva en el nombre. Animaros a probarla, coño!
En fin, una mañana muy divertida, dura y acompañada de (como dice nuestro blog) amigos del runnig en Sant Vicent del Raspeig.
